viernes, 9 de septiembre de 2011

EL MERCADO DE CABUDARE

     El destartalado mercado de los miércoles está enfermo  y parece que no tiene cura. Conozco al paciente desde hace unos 17 años y he comprobado que puede más la sinrazón que la lógica.

     Todo allí es anarquía, desorden suciedad, apretujones, malos olores. Me cansaría de enumerar los desbarajustes que imperan, pero, allí siguen los comerciantes informales, obstaculizando la salida y entrada de viviendas y negocios, allí siguen las ventas de carne, pollo, pescado, quesos SIN REFRIGERACIÓN, allí sigue el caos y el gobernante de turno como figura decorativa, sin poner  o imponer el orden para cumplir las normas y sancionar si es necesario.

     De ninguna manera!, lo primero son los votos electorales, verdad Sr. Alcalde, Sr. Gobernador?

     Estas personas que laboran en el mercadito necesistan su trabajo, sus ingresos, pero en espacios con dignidad, limpios, ordenados y el resto de los cabudareños, requerimos respeto y mejor calidad de vida.

SIN REPROCHES PERO CON DESAFÍOS

     De repente me sentí triste, incómoda, pensativa...

     Ayer sin embargo, observaba junto a mi mamá, un grupo de ancianos y ancianas disfrutando en un centro comercial, todos acompañados de monitores o guías. Se veían felices, qué bueno por ellos! Qué reconfortante saber que  siempre hay gente buena que se toma su tiempo para servir al prójimo.

     Hoy es otro día, otros son los hechos, otras las circunstancias  pero los mismos actores: el desamparo y abandono son el común denominador de la vejez . Parece que en estos tiempos no hubiera espacio para los que con tanto amor y dedicación entregaron sus vidas, ofrecieron sus manos para guiar el camino de los que les sucedieron, para forjarles un futuro mejor.

     El caso es que a veces ni siquiera se llegó a ese futuro o no alcanzó las espectativas planeadas y ahí es donde afloran los resquemores, los reclamos. Digo, que tal vez allí es donde comienza el abandono...y  por qué lo digo? Pues porque escuché a una persona decir: "Qué pobre viejito abandonado, quién sabe cuanta lavativa echó que ahora lo dejaron solo!".

     Es posible que sucedan cosas como ésa, no quiero juzgarlo pero sí quisiera desafiar a los jóvenes a ser mejores personas cada día, para cuando sean adultos mayores, personas de la tercera edad, viejos, ancianos, no tengan a nadie que les reproche. Todos podremos construir un mundo mejor.