martes, 19 de noviembre de 2013

No existe un día que el Presidente Maduro  o alguno(s) de sus seguidores no me sorprenda; digo ésto porque una semana atrás, me quedé perpleja al saber de "los escudos antiaéreos para defender a los barrios de cualquier ataque enemigo..."

Yo me pregunto si ahora los enemigos vuelan, porque que yo sepa, en cualquier rincón de nuestro país lo que abunda son los malandros, hampones, ladrones, asaltantes, asesinos, es decir, cualquier tipo de delincuencia, incluyendo la   impunidad...

Efectivamente, la familia, sea del estrato que sea, tiene una historia que contar, siniestra, aberrante, dolorosa y cabe decir que los causantes de tales episodios no llegaron en misiles antiaéreos.

Señor Maduro, quisiera pensar que todo lo anterior es pantomima pero lamentablemente no es así. Usted lo dijo con todas las letras y por otra parte, las estadísticas semanales nos muestra una sociedad que se deteriora a cada instante y al presidente de la República, a Ud, Sr. Maduro, no se le ocurre otra cosa que instalar semejantes escudos...

Aterrice por favor, salga sin guardaespaldas, ni chalecos antibalas, vaya a un banco a cobrar para que vea cómo se bate el cobre, deje que su familia se enfrente a la realidad del resto de los venezolanos sin privilegios y después  de analizar la situación y poner correctivos, pregúntese si sus órdenes, su vocabulario, su prepotencia, no está incrementando este desorden público que nos agobia.