miércoles, 16 de mayo de 2012

EL CHIPO

     Hace aproximadamente unos veinte días encontré en el estacionamiento de donde vivo en Palavecino,  un bicho, bueno, un insecto que me resultó conocido. Estaba en la pared y una vecina tuvo la valentía (porque yo no) de meterlo en un frasco de vidrio. Parecía un chipo pero me resultaba grande comparado a los que yo había visto en láminas.

     Lo llevé hasta el edificio de la Sanidad ubicado en la Avenida Vargas y entre que si era o no allí donde debía llevarlo, que si en la zona industrial, que si en el departamento de medicina tropical, que si ...etc etc... mi cara se fue transformando y gracias a ella, una gentil doctora habló con la persona encargada (que no era de esa dependencia) y hasta que vinieran a buscar al huésped (el cual sí era un chipo) quedaría en custodia dentro de su flamante habitáculo de cristal.

     Me he quedado en las mismas, es decir, con un sabor amargo de si el susodicho estaba o no infectado, enfermo, contaminado o simplemente nos estaba haciendo una visita de cortesía ya que nadie de Sanidad ha hecho acto de presencia por mi localidad.

    Retomo este asunto porque he leído estos días que el Mal de Chagas está deambulando por Barquisimeto y quién sabe si decidió hacer turismo nacional.



    

QUE LAS PROMESAS NO SE LAS LLEVE EL VIENTO

     Corría el 13 de marzo de 1997 cuando un espigado teniente retirado, vestido con liquiliqui color verde olivo, hacía acto de presencia en una reunión de Rotary Club en Barquisimeto. Iba acompañado de otro militar retirado también, de pelo canoso, Luis Dávila García,  quien parecía fungir de asesor. Ambos, integrantes fundadores el 24 de julio de 1983 del MBR-200 (Movimiento Bolivariano Revolucionario).


     El motivo por el cual estaban alli, era para cubrir la agenda del día. Había mucha espectativa pues se trataba de Hugo Rafael Chávez Frías (como invitado-charlista). Llegó con su Agenda Alternativa Bolivariana, una propuesta patriótica para salir de la crisis. Conquistó a parte de la audiencia con su sencillez y sus promesas. Recuerdo dos en particular:  una, acabar con los niños de la calle y la otra, según sus propias palabras "acabar con la corrupción, así sea lo único que haga".

     Hoy nos encontramos en situaciones gravísimas de corrupción y otras *yerbas* y han pasado 15 años de esa esperanza verde que pasó a roja rojita . Convertido en Presidente de la República, Hugo Chávez parece haber olvidado las promesas. No escucha las denuncias ni siquiera para honrar sus palabras en Rotary, pero tampoco las de su discurso en la Universidad de La Habana el 14 de diciembre de 1994:

"Nosotros tuvimos la osadía de fundar un movimiento dentro de las filas del Ejército Nacional de Venezuela, hastiados de tanta corrupción y nos juramos dedicarle la vida..."

     Señor Presidente, haga lo que tiene que hacer, investigue las denuncias, llegue hasta sus últimas consecuencias, dedíquele su vida como dijo, pero hágalo bien hecho y ahora.