lunes, 7 de noviembre de 2016

Troya...

     Continuamos en este hermoso país sufriendo los desequilibrios de un gobierno que se empeña en seguir traicionando su propio discurso, así como el alcohólico que hoy dice una cosa y mañana sufre de sus lagunas y no recuerda nada o tergiversa su comentario del día anterior.

     Es conocido el discurso contradictorio de Nicolás Maduro y de sus "aliados"; parece que al hablar se refiriera a epopeyas o a grandes odiseas que realmente no se han dado. Nuestro presidente no es Odiseo (Ulises) pero él sí se cree Zeus. Yo más bien imagino que pernoctó en algún momento en el País de los Lotófagos y aún no ha hecho la digestión, por lo cual tendremos que esperar a que deglute las flores de loto. De esta manera tal vez, vuelva a la realidad antes de que se presente la guerra de Troya del siglo XXI