martes, 28 de agosto de 2012

PARODIANDO...

Este sábado 25 de agosto-2012 murió el astronáuta Neil Armstrog, primer hombre en pisar la Luna (julio 1969).

Por aquel entonces, yo era una joven que trabajaba en VIASA, Venezolana Internacional de Aviación, S.A.,. La emoción y el revuelo que se respiraba era demasiado grande; todos queríamos ser espectadores de primera fila pero  no estaba contemplado el permiso laboral. Se me ocurrió enviarle al gerente general de la empresa, una petición en forma de poema y de manera incógnita, a través del correo interno y con carácter de urgencia, No se si fue ese pequeño trozo de papel...pero se logró y estaríamos  delante de nuestros televisores, a la caza de ese mágico instante en que Armsstrong posaría su pié en el árido paisaje lunar.

Sus palabras: "Un pequeño paso para un hombre, pero un salto gigante para la humanidad" pasarían a los anales de la historia.

Efectivamente, éso fue así, palabras muy válidas para la época y sentidas para aquel hombre osado y sus otros dos acompañantes, quienes se atrevieron a superar sus dudas y temores para realizar semejante odisea . Sin embargo, hoy me permito decir, parodiando su frase, que aquel fue un salto gigante para un hombre y un pequeño paso para la humanidad, porque conociendo nuestras miserias humanas, hemos sido incapaces de comprender lo ínfimos que somos en este inmenso y desconocido Universo.

¿CÓMO EVITAR EXPRESARME?

¿ Cómo evitar escribir las cosas que me molestan? Es que si no lo hago, creeo que mi cabeza explotaría.

El pasado 21 de agosto, tuve la oportunidad de oir cómo el presidente-candidato se dirigía a dos representantes de diferentes gremios. Detrás de sus palabras percibí soberbia, resquemor, rechazo, etc. etc.

Cosas como "...tú eres el presidente de...pero yo soy el presidente de Venezuela..." y al otro ciudadano que se le ocurrió expresar sus inquietudes, de forma comedida a mi juicio, casi le insinuó que era un traidor, utilizando su lenguaje incisivo y mordaz.

Creo que Hugo Chávez dijo lo que dijo, porque de un tiempo a esta parte sabe que está perdiendo autoridad, respeto. Sus dualidades temperamentales, ese vaivén de órdenes y *des-órdenes* o contraórdenes, lo están llevando a la desesperación .

Todo lo anterior me obliga a pensar, que las cosas en este gobierno no van bien o que cada vez van peor.

¿Hay otro camino? Por supuesto que lo hay: el camino de la observación, comparación, evaluación y luego el de la reflexión, del desprendimiento  y acción.

Observar a nuestro alrededor nos demuestra que las cosas no funcionan como deberían, que algo o mucho anda mal. Veamos entonces cómo lo han hecho otros. Evaluar los pro y contras, escuchar, alimentarnos de nuevas ideas con humildad. Reflexionar cada uno desde el más sencillo de los ciudadanos hasta los que tienen la capacidad y poder para accionar.

Desligarnos de las trabas, del oportunismo, desprendernos de tantas vilezas, aceptar que estamos equivocados. ¿Acaso eso no es preferible a que nos estemos desmembrando física y moralmente?

¡Por supuesto que hay un camino pero empieza en nosotros mismos!