miércoles, 16 de mayo de 2012

EL CHIPO

     Hace aproximadamente unos veinte días encontré en el estacionamiento de donde vivo en Palavecino,  un bicho, bueno, un insecto que me resultó conocido. Estaba en la pared y una vecina tuvo la valentía (porque yo no) de meterlo en un frasco de vidrio. Parecía un chipo pero me resultaba grande comparado a los que yo había visto en láminas.

     Lo llevé hasta el edificio de la Sanidad ubicado en la Avenida Vargas y entre que si era o no allí donde debía llevarlo, que si en la zona industrial, que si en el departamento de medicina tropical, que si ...etc etc... mi cara se fue transformando y gracias a ella, una gentil doctora habló con la persona encargada (que no era de esa dependencia) y hasta que vinieran a buscar al huésped (el cual sí era un chipo) quedaría en custodia dentro de su flamante habitáculo de cristal.

     Me he quedado en las mismas, es decir, con un sabor amargo de si el susodicho estaba o no infectado, enfermo, contaminado o simplemente nos estaba haciendo una visita de cortesía ya que nadie de Sanidad ha hecho acto de presencia por mi localidad.

    Retomo este asunto porque he leído estos días que el Mal de Chagas está deambulando por Barquisimeto y quién sabe si decidió hacer turismo nacional.



    

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