En estos días pasados me he quedado impactada con las incoherencias del jefe de Estado. Me pregunto cómo se puede deambular con las palabras cuando se incita a revelarse si no se gana una elección (6D) y con la misma a la vuelta del día se dice exactamente lo opuesto: aceptaré, le daré la mano a los diputados que salgan electos, todo dentro de la constitución.
Por mi parte prefiero, aún con vergüenza, que siga metiendo la pata a ver si los que todavía dudan de su incapacidad para gobernar le dan la oportunidad a otro para tomar las riendas en un futuro más próximo que lejano.
Estoy segura que esta situación de indefensión política, económica, social y jurídica tiene que acabarse y para ello hay que empezar ya. El 6D es el principio del fin.