lunes, 8 de octubre de 2012

UN DÍA DESPUÉS...

     Hoy, 8 de octubre/2012, un día después de las elecciones presidenciales Chávez vs Capriles, debo confesar que siento tan pesada la carga, como si fuera una tonelada de hierro aplastándome.

     Más que el triunfo de Chávez, me asfixia la derrota de Capriles. Ni él, ni sus seguidores imaginamos tal derrota. Él hizo todo por ganar la elección, se dió con el corazón, con sus energías, con su amor, con el sentimiento de unión, con su idea de hermandad, con su proyecto de vida y su deseo de que Venezuela nos pertenece a todos y que podía ser el mejor país del mundo.

     Capriles merecía ganar, se lo debíamos cada uno de nosotros, inclusive y más aún, los otros; los que (no todos) sí están perdiendo el camino alimentados por el insulto y el enfrentamiento, el cúmulo de promesas incumplidas, la impunidad y el odio y repito que ellos más, porque en el corto tiempo que Capriles nos comandó, guió y orientó nuestros pasos, lo hizo hacia la conciliación y a la unión del país.

     Capriles nos dijo que abrazáramos a nuestro vecino y le dijéramos que cabíamos todos, sin rencor de ningún tipo. Comenzaba el renacer de un día multicolor y ahora siento que se respira de nuevo en blanco y negro a pesar de que traten de pintarlo de rojo.

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