A cada rato, a cada día, no de vez en cuando o de tanto en tanto, ratifico lo que muy a mi pesar he tenido que aceptar: la vida en Venezuela no vale nada. Leer y/o escuchar las noticias se transforma en duelo, angustia, inquietud, malestar desasosiego, indignación, tristeza, incertidumbre...
No importa si esas vidas que se pierden son de infantes, adolescentes, ancianos, malandros, gente honesta...qué más da! Lo terrible es que nos estamos acostumbrando a que todo es normal y aceptable bajo las premisas de las *balas perdidas* *ajuste de cuenta* *crimen pasional* *venganza personal* *cobro de vacunas* *asalto a mano armada*, en fin, por tantas formas aberrantes e inescrupulosas se pudiera escribir una Enciclopedia Criminal Venezolana. Cuando digo que nos estamos acostumbrando, no miento: acaso protestamos ?; acaso nos enfrentamos a las autoridades competentes, rectifico, a las que debería competirle?; acaso hacemos respetar nuestros derechos como ciudadanos?; acaso no reza la Constitución que el Estado protegerá a la familia como un mandato y el Estado tiene que proceder en consecuencia?
Por qué se fragmentan los reclamamos?; por qué no nos unimos todos para rechazar tanta indiferencia? por qué no nos convencemos que la apatía no es buena consejera?
Me gustaría algún slogan, tal vez suene emocional y hasta ingenuo pero a lo mejor surte efecto:
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