Cuando asesinaron al Cantautor Facundo Cabral, el mundo se estremeció y yo como parte de este insólito mundo me estemecí también.
Amaba a este hombre sin saberlo. Cuando era joven, aparte de ser un mango, sus cantos de protesta, aquella barba, señalaban a un intérprete diferente y el tiempo nos dió la razón. Se convirtió en lo que fue, hasta que la sinrazón acabó con su vida. Él que buscaba la libertad y que había aprendido a sobrellevar sus propias cargas físicas y emocionales, se tropezó con la muerte aparentemente por equivocación.
Irónico me ha resultado conocer el nombre del desgraciado que nos privó de su canto: "El Palidejo". Pálido debería quedar por el resto de su infeliz vida y para *beneplácito* de sus deudos que sea arrullado con los himnos de Cabral...a lo mejor tendrá tiempo de arrepentirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario