La diputada María Corina Machado, digna representante de la Asamblea Nacional venezolana, es una mujer valiente y democrática.
Las acusaciones, persecuciones, insultos, agresiones y posible despojo de su inmunidad parlamentaria, no la han acobardado pero sí nos muestra a un Estado débil y temeroso que trata de ocultar su verdadero rostro de lobo feróz, poniéndose la careta de corderito.
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