jueves, 9 de junio de 2011

GRACIAS, GRACIAS VS.GRACIAS, GRACIAS

     Soy una persona optimista, amo a la vida, no me gusta rendirme, formo parte de una familia hermosa e incluyo a pocos y excelentes amigos, no me sobra el dinero pero poseo lo suficiente para vivir, no soy tan fea, mi casa es linda, en fin todas esas cosas (hasta ahora) las tengo. Pero...a veces, luego de haber pasado una mala noche porque una jauría de perros callejeros decidieran darme una serenata de ladridos, aullidos y revanchas perrunas, me levanto y veo con horror mi cara:

*   Oh. Dios, qué fea estás! Bueno, me voy a acomodar un poco...bien, bien, la cosa mejoró (por aquello del optimismo, jajaja)

*   Tengo hambre, a desayunar, caray! Se me acabó el gas y entre que pido otra bombona y me la traen...bueno, no importa, mi vecina tiene cocina eléctrica. Agarro mis bártulos y en lo que estoy cruzando el estacionamiento...ella viene a mi casa por mi cocina de gas, pues se acababa de ir la luz.

*   Tranquila, tranquila, me repito. Voy a comer una fruta pero oh. sorpresa! se había dañado y a un pan árabe le había salido moho.
*   Serénate, siéntate y disfruta tu casa. Respira profundo! A qué huele? Dios, la basura sigue en el patio de atrás, pues el camión recolector pasa cuando le da la gana, el día y la hora que le sale del forro; así que para evitar la hambruna de los perros callejeros, los desechos tienen que permanecer ahí  por varios días hasta que alguno de las vecinas lanza el grito de..."el basurero, el basurero!" y salimos desgreñadas a sacar las bolsas.

*   No me queda otra. Voy a comprar kerosene  para auyentar los bichos y los olores mientras tanto. Salgo de lo más decidida al abasto y me digo, aprovecho
y compro unas galleticas...qué ilusa, un litro del "preciado derivado del petróleo" me costó 15.50 BsF. Pues ni modo, adios galletas, lo primero es lo primero.

    Siento que otra persona se está apoderando de mi y quiere que me ponga de mal humor pero no tengo intenciones de permitírselo, así que quiero llamar a mi mamá (como para contarle mi odisea, decirle que me hace falta y sentirme reconfortada); claro, olvidé que no tenía luz así que tampoco teléfono fijo y por supuesto internet, o sea, ni siquiera un mensajito a través de mi correo eléctrónico.

     Las cosas están llegando a un nivel  desafortunado. Sé que si me miro en el espejo no me voy a reconocer y entonces ocurre el milagro:

     En ese preciso momento viene la luz y suena el teléfono. Es una llamada de larga distancia, desde Canarias, son unos viejos amigos y sus voces son el desayuno que faltaba y vuelve la sonrisa perdida. Les dí las gracias y se las repito, gracias, gracias.
     
     Allí no quedó todo, recibo un mensaje por mi celular de otra amiga: "Hoy el Dios de la vida me dice que te bendiga y te de las gracias xstar siempre en los momentos más difíciles y en los más alegres de mi vida, gracias, gracias."

     Y yo les doy las gracias porque esa llamada y ese mensaje me permitieron volver a ser optimista y amar la vida.
  






1 comentario:

  1. Excelente tìa, buenìsimo, y eso me ha pasado a mì en muchìsimas oportunidades. Te quiero mucho, y sigue pensando...

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