jueves, 3 de marzo de 2016

AL FINAL DEL TÚNEL...

      Días atrás llegó a mi memoria un episodio con papá, mamá y mis hermanas cerca de la década de los sesenta cuando subíamos de la playa, no se si de Anare o de los Caracas hacia la capital. Al llegar al mayor de los boquerones o túneles estaba congestionado y la cola no se movía.

     Papá preocupado por el humo que emanaba de los carros, nos ordenó salir del nuestro y caminar por la calzada en fila india hasta la salida: "al final del túnel encontrarán la luz".

     Así fue, esperamos a papá únicamente con la angustia de saber como se sentiría el viejo.

     Junto a ese recuerdo la confrontación fue inevitable porque esta vez bajando a Maiquetía, tuve que protegerme la cabeza detrás del parabrisas, pues desde el cerro que arropa el túnel, hoy pintado de pobreza inmobiliaria, lanzan objetos para que tengas la obligación de parar el vehículo. Si eres el elegido, no alcanzarás la luz como antes sino la terrible experiencia de ser atracado, robado  o quizás engrosarás la lista en la morgue.



     

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