sábado, 7 de mayo de 2011

CUANDO NO SOBRAN LAS PALABRAS

     En los momentos trascendentales de nuestra vida, en esos instantes o episodios donde nos ponemos "chiquitos"y nos sentimos disminuídos ante los desconocido, inesperado o esperado con temor, ante la posibilidad de flaquear y derrumbarte...qué maravilloso es descubrir que no estás sola/o!
     El saludo fraterno, las llamadas solidarias, el abrazo afectivo, la ayuda desinteresada, la visista oportuna, la fervorosa oración y bendiciones y cómo olvidar los mensajes de texto; todas esas cosas enriquecen el espíritu y me recuerdan que si dichas acciones logran un efecto multiplicador, el ser humano aún tiene esperanza de vivir en un mundo mejor.
     Gracias por permitirme estar acompañada.

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